viernes, 25 de marzo de 2011

España mira de cerca la crisis portuguesa

Lo piensan desde la calle Génova hasta la Universidad de Harvard. El parecer en la mencionada rúe madrileña lo resumió el presidente del PP, Mariano Rajoy, quien declaró que "aun cuando el Gobierno esté haciendo las cosas mal, España cuenta con buenos emprendedores y trabajadores".

El catedrático de Harvard Kenneth Rogoff, por su parte, comenta a NEGOCIO, que la inmunidad española reside no tanto en las propias fortalezas del país, sino en "en el hecho de que todos los rescates que se han llevado a cabo y se harán están destinados a proteger a España, a mantener a salvo a un país clave para la supervivencia del euro".

Entremedias, otras opiniones llaman a confiar en España, debido a que ha hecho reformas y, de empeorar la situación, aún tiene margen para llevar a cabo más. Es el caso del profesor de Control y Dirección Financiera de Esade, Jordi Fabregat: "En el caso de que el crecimiento del PIB no llegue este año al 1,3% que espera el Gobierno, siempre quedará la posibilidad de retrasar inversiones o de, incluso, llevar a cabo subidas de impuestos".

Otros, como el economista jefe de InterMoney, José Carlos Díez, tienen claro que no hay que hacer presagios para detectar las diferencias entre Portugal y España sino que los puntos de partida ya son opuestos. "Tengamos en cuenta indicadores como la productividad por empleado, que en nuestro país es casi 40 puntos superior a la lusa", de acuerdo con Díez. Otros expertos ponen de manifiesto fortalezas como el todavía relativamente moderado endeudamiento público español o la flexibilización que se está llevando a cabo en el mercado laboral.

Sin reformas
Las reformas encaminadas a obtener resultados parecidos en Portugal están de momento paralizadas, después de que el Congreso rechazara esta semana el cuarto plan de austeridad que, este año, ha propuesto el Gobierno del primer ministro ya saliente, José Sócrates.

La situación se ha complicado hasta el punto de que la Cumbre europea de jefes de Estado y de Gobierno, que comenzó ayer y prosigue hoy en Bruselas, está marcada por las conversaciones sobre cómo se llevará a cabo el nuevo rescate financiero, ya que su despliegue se da por seguro.

El primer ministro luxemburgués y presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, estimó que la asistencia necesaria puede ascender a 75.000 millones de euros. En este caso, como en los anteriores, los recursos prestados no sólo correrán a cuenta de la zona del euro sino que también participó el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El reparto, según prevé el diario francés Les Echoes, se hará de manera que 50.000 millones procederán de las arcas europeas y el resto procederán de la institución con sede en Washington.

"No excluyo que haya que recurrir al rescate", manifestó Juncker al ser preguntado en una entrevista a la cadena de televisión France24 y recogida por la agencia Europa Press.

El hombre más anhelado para intercambiar unas palabras ayer en Bruselas era, con todo, Sócrates, quien mantuvo encuentros con varios mandatarios, entre ellos, la canciller Ángela Merkel y el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.

A su llegada a la sede del Consejo Europeo, el premier luso eludió hacer "ningún comentario sobre la situación política interna" de Portugal, y señaló que hablaría "después" de esta cuestión con sus homólogos europeos.

Una sola preocupación
"Estoy aquí con una sola preocupación, que es defender a Portugal porque alguien tiene que pensar en el país, y también para defender a la moneda única y al proyecto europeo", afirmó el primer ministro.

El presidente de la Comisión Europea (CE), el también portugués Jose Manuel Durao Barroso, señaló ayer que Sócrates deberá presentar al resto de sus socios "un análisis de la situación", y confió en que su dimisión "no cambie la línea de las orientaciones cuya puesta en marcha ya se ha decidido".

Visto en http://www.diarionegocio.es